¿Qué es el Art Thinking?
Él término Art Thinking viene rondando las preocupaciones sobre las pedagogías educativas desde hace unos años con la intención de dar respuesta, digamos, a la no correspondencia entre las formas de educar en las escuelas e instituciones con la realidad en la que vivimos. Cómo dos piezas de un puzle que ya no coinciden, o la talla de la zapatilla de cuándo teníamos 6 años con la que ahora necesitamos. Entre tantos otros, Luis Camnitzer (artista, educador y pensador) junto a su hijo Gabo, llevan años trabajando en el desarrollo del concepto influenciando así a María Acaso (productora cultural y educadora universitaria) quien parte de las mismas preocupaciones para escribir su libro Art Thinking (2017) y plantearnos lo siguiente:
¿Qué pasaría si un día llegaras con una sandía a clase y la dejaras encima de la mesa sin dar más explicaciones? Con un provocador discurso, este libro nos muestra cómo utilizar el arte y la creatividad para revolucionar la forma de enseñar en el aula. El Art Thinking es un marco de acción social, un espacio político desde el que afrontar los problemas contemporáneos, un modo de actuar, un vehículo de conocimiento crítico. Así, a partir de cuatro premisas indispensables (pensamiento divergente, placer, defensa de la pedagogía como producción cultural y trabajo colaborativo), cualquier docente que esté interesado en un cambio de paradigma pedagógico encontrará en esta obra las bases para fomentarlo y situar lo artístico como centro ineludible de los procesos educativos (María Acaso, 2017)
De esta manera exploramos cómo el arte puede transformar la educación. La metodología empleada en el taller Al arte una ventana se basa en las mismas preocupaciones de estas pensadoras y pedagogas para, cómo ellas, aportar y ofrecer en la medida de lo posible a los alumnos, un espacio y tiempo de trabajo donde las artes generan conocimiento, inician un diálogo con el mundo y aumentan la libertad de pensamiento y su autoestima.
* ¿Pero cómo y porqué?
Bastaría con pensar en el arte, o mejor, en las artes (plásticas, audiovisuales, teatro, danza, música, literarias, etc…) como una disciplina que nos ayuda a pensar y a relacionarnos con el mundo mientras generamos conocimiento, tanto para nosotros que lo creamos como para los demás al formar parte de nuestra cultura. Podemos seguir diciendo que el arte no es una cosa que se hace sino una forma de hacer, y que, de alguna manera, esta forma de hacer es lo que nos distingue como seres humanos. Entonces entenderíamos que cualquier tipo de arte es una diálogo en el que cualquier persona, desde nuestros pequeños hasta nuestros mayores genera conocimiento a través del proceso de hacer un cuadro, una pieza de música o de teatro, una acción performatica por el campo, un proyecto junto a otras compañeras, una fotografía o simplemente contemplar una puesta de sol mientras recitamos una poesía que jamás será escrita, pero que nos hace bien y nos hace sentirnos vivos. Para intentar entender cómo los talleres en arte pueden aportar en el crecimiento de nuestros pequeños, y de nuestros mayores, debemos entender que el aprendizaje es un proceso interminable que no tiene un objetivo concreto (una nota de sobresaliente o un suspenso), sino que busca generar nuevos conocimientos para aquél que aprende, y siempre a través del diálogo.
Desde estas experiencias, el Art Thinking, como argumenta Luis Camnitzer, no es una cosa concreta que se estudia como otra asignatura, sino, más bien son unas intenciones creativas aportadas por el educador y por los estudiantes que generan una serie de acciones artísticas que involucran a otros tipos de conocimiento (matemáticas, lenguas, etc…) y nos ayudará a expandir cualquier límite de cualquier tipo de conocimiento.
Y sí el aprendizaje es un diálogo, para aprender utilizamos los lenguajes del arte; la pintura, la escultura, la danza, la poesía, y en especial, los del arte contemporáneo como la performance o la acción, entre tantas otras. De esta manera en el taller podremos pintar un mural repasando las leyes de la geometría y la proporción, experimentar y dar forma, color, sonido o tacto a nuestras imaginaciones, explorar la biología y geografía a través de una caminata y realizar una serie de fotografías con papel y la alquimia de la cianotipia. O preguntarnos por el papel de los videojuegos con los que jugamos, las series de televisión a las que les dedicamos parte de nuestro tiempo, o a la publicidad de las redes sociales o a pie de calle que nos hacen desear una cosa u otra, y todo ello, a través de dinámicas grupales que nos ayuden a relacionarnos mejor con ellas. Porque el problema no reside en esas mismas imágenes, sino, en el no saber qué esconden y porqué se hacen
El trabajo de taller en las diferentes modalidades o lenguajes, como a mí me gusta decir, nos acompañará en este proceso de conocimiento mientras nuestras manos se manchan, nuestros pies se mueven y nuestras emociones comienzan a pensar para bien.
Fotografía del esquema utilizado por María Acaso para describir los principios del Art Thinking en su libro Art Thinking, 2017.
* ¿Y por qué el arte como vía de conocimiento?
La presencia cotidiana de nuevas tecnologías y canales de información Instagram, Tik Tok, los videojuegos o las series de televisión han supuesto un significativo aumento de las imágenes, lo cuál ha llevado a la construcción de lo que podemos denominar el mundo imagen. De alguna manera podemos decir que las imágenes nos constituyen, pero, al mismo tiempo, nos resulta muy difícil dialogar con ellas, conocer su parte de realidad y de la que no para dejar de lado el conflicto y la dependencia hacia ellas. Y esto nos resulta difícil porque no existen instituciones que nos enseñen a ello. En estos momentos donde las imágenes transforman nuestras vidas, el verdadero problema es aprender a mirarlas. Esto nos lleva a la educación como oportunidad para hacerlo y concretamente a la educación que trabaja con las imágenes: la educación artística. Y en especial a las artes contemporáneas, porque es uno de los pocos grupos de imágenes que pretenden despertar nuestra conciencia crítica a los problemas de las sociedades contemporáneas. Sí hasta ahora la educación artística ha estado basada en aprender técnicas y dar la oportunidad de expresarse sin ningún fin mismo que el de pasar el rato o hacer manualidades, Al arte una ventana propone reconciliarlas y saberlas importantes por igual: la técnica y la producción de conocimiento.
Porque debemos tener en cuenta de que no hay forma que no tenga contenido. Porque principalmente, desde principios del siglo pasado, los procesos de producción de las obras de arte dejaron atrás a los modos de enseñar tradicionales, los cuales aún siguen enseñándose. Es cómo ese pie que no entra en la zapatilla porque ya es pequeña, hoy en día se sigue enseñando a pintar sentados en caballete y con pincel en la mano cuando creemos que hay mucho más que se puede hacer con la pintura, o con la arcilla, o con la capacidad creativa de cada uno.
* Principios de la metodología de Al arte una ventana basado en la pedagogía Art Thinking
Cuatro son las claves que atraviesan el taller infantil:
- El pensamiento divergente/imaginario/imposible
- La experiencia emocional conlleva aprender
- El trabajo por proyectos a corto o largo plazo
- El trabajo en equipo
Estas claves se construyen a través de otros cuatro principios:
- Principio de complejidad
Las clases se entienden como el desarrollo de un cuento donde hay: un inicio, un nudo y un desenlace para que los alumnos desarrollen la creatividad
- Principio de coherencia
Al pensar en las clases como la historia de un cuento, aunque se extienda por varias horas o días, estas se entienden como capítulos para que las dinámicas tengan un sentido y sigamos queriendo aprender.
- Principio de error
Experimentar es lo opuesto a hacer las cosas de manera controlada y con un objetivo final concreto, por lo que no hay margen de improvisación y de error. Pero la neurociencia nos demuestra que se aprende del error y de la sorpresa, con lo que las clases se entienden como una experimentación, de remezclar, equivocarse, seleccionar y desechar. Hemos de aceptar que las cosas no siempre suceden como queremos y que debemos de ser críticos para crecer en autoestima. Aprender a gestionar las emociones será de suma importancia cuando seamos más mayores. Darle de nuevo un significado al término “fracaso” es importante para querer seguir aprendiendo.
- Principio de democracia
En educación, la democracia consiste en involucrar a los estudiantes en la toma de decisiones para el desarrollo de los proyectos que se van a emprender, en vez de invitarlos o imponerles una dinámica. Con la intención de que aprendan a decidir, las clases, las horas del taller serán un caminar conjuntamente hacia un lugar de aprendizaje y conocimiento donde la obra será el resultado
Porque el proyecto Al arte una ventana no busca formar artistas en tanto artesanos de la técnica, ni trabajar las manualidades en las edades tempranas per se, sino, acompañar en el proceso educativo de autoconocimiento, autoaprendizaje de las capacidades y cualidades que cada uno de nosotros tenemos por ser humanos a través del proceso creativo con cualquier técnica. De conocer los modos en los que cada uno de nuestros pequeños es capaz de dialogar con la realidad y aprender, y saber inscribirse en ella desde la autonomía y el ejercicio crítico. Porque la realidad necesita de ello través de los procesos de observación, de la emoción y del diálogo con el mundo, con el otro y con uno mismo.
Fotografía del libro Art Thinking, 2017, María Acaso.